viernes, 25 de marzo de 2016

MARINA, MI NIETA


A PROPOSITO DEL ATENTADO DE BRUSELAS

La Historia nos ofrece siempre lecciones de la maldad e inutilidad de las guerras. Invocar a ellas sin fundamentos bien estructurados puede dar lugar a interpretaciones como las que en mi caso pueden resultar, a los ojos de algunos, politicamente incorrectas. Así el presidente socialista frances Hollande y su primer ministro Valls invocan constantemente a la contienda bélica cuando se produce alguno de los terribles atentados que siemban el terror en el interior de las ahora inexpugnables fronteras de la vieja Europa.. En este contexto no puedo justificar por principios elementales de humanidad el atentado de Bruselas ni unirme todas las subsiguientes retóricas llamadas a la unidad, a cerrar filas con los demócratas, al "je suis Bruxelles", a las banderas con lazos negros y demás retahila de frases al uso. Si embargo si puedo entender el hecho de que si estamos en una guerra que permite a las naciones occidentales contendientes tener a salvo a sus poblaciones en las ciudades mientra sus aviones masacran con sus bombas las del enemigo,no parece falto de razonamiento que éste, en la perversa lógica de la lucha armada, intente y de hecho golpee con bombas los centros neurálgicos desde donde se planifican estos ataques. De la misma manera, pienso yo, que no podemos llamar terrorismo irracional y sin sentido a los atentados de Madrid, Paris o Bruselas al mismo tiempo que calificamos de manera cínica como daños colaterales el que un misil convierta en escombros un hospital de Homs, una escuela en Bagdad o una boda en Kabul. Las guerras las ganan y la cuentan los que matan y estos en su delirio pueden recordar las masacres de las bombas V2 sobre Londres mientras olvidan la destrucción innecesaria a sangre y fuego de la ciudad de Dresden cuando ya la última contienda mundial estaba prácticamente fializada.

EL FASTUOSO RUIDO ENSORDECEDOR DE LA MUERTE

  Conocí a Radi en la embajada de Jordania en Madrid. Era un beduino alto y fornido que inspiraba confianza con su rostro siempre sonriente ...