martes, 20 de septiembre de 2016

CAMPING EN LA ISLA

Es importante que la ciudadanía se movilice cuando no está de acuerdo si los que gobiernan intentan vulnerar sus derechos. En este sentido bienvenidos sean los referéndums, las iniciativas ciudadanas , los conceyus abiertos y las peticiones de adhesión mediante firmas que se lanzan por internet- Al ciudadano libre le asiste el derecho universal de poder expresarse con entera libertad,pero desde que estos principios fundamentales fueron proclamados por la Ilustración y extendidos por la Revolución francesa también se proclamó que para ejercerlos es necesario e imprescindible el conocimiento. Sin este requisito las opiniones son fácilmente manipuladas y llevadas a donde los intereses de la mayoría que conoce quiere. Circula por las redes sociales una petición de firmas para solicitar de la Consejería de empleo, Industria y Turismo del Principado de Asturias que no se instale un camping en el entorno de La isla. Comienza el manifiesto de adhesión diciendo que la mayoría de los habitantes de este pueblo no están de acuerdo con la Resolución del Pleno del Ayuntamiento de Colunga aprobando la construcción de esta instalación turística. Hasta donde yo conozco y corríjaseme si no es asi, no ha habido ninguna encuesta ni se ha convocado reunión alguna de vecinos para hacer esta afirmación tan categórica. En todo caso, para los que están de acuerdo con la democracia representativa, no es mi caso, la aprobación fue acordada con los votos de la mayoría del PSOE. A continuación el citado manifiesto argumenta sobre el impacto medioambiental o urbanístico, argumentos que pueden ser válidos siempre que sean contrastados mediante una discusión en la que se expongan también las razones a favor. Porque a mi no es que me entusiasme mucho el hecho de que se produzca una masificación en el entorno de mi hábitat… pero también pienso que puede ser una iniciativa empresarial que ayude a dinamizar la economía de esta zona, bastante decrépita, creando puestos de trabajo directo e indirectos, en una palabra creando riqueza. Y , por último, no solo somos los coríos de La Isla lo afectados por estas medidas, aunque si a los que más directamente nos toca, son también los turistas, los veraneantes, los domigueros , todas estas personas que nos visitan los que tienen el derecho a manifestarse. No caigamos en que bajo la bandera de la defensa ecológica de la tierra, de las teorías del Decrecimiento, con las que estoy muy de acuierdo, estemos defendiendo de paso los derechos exclusivistas de algunos privilegiados que quizás lo único que les molesta es que les importunen su tranquilidad secular. Por estas razones, estando de acuerdo en que se debe de abrir una discusión serena sobre este tema, yo, por ahora, no me adhiero con mi firma a esta petición.

jueves, 8 de septiembre de 2016

LA GRAN "FIESTA" DE LA DEMOCRACIA

Nacido en el año 1945 no fué hasta el 1976 que pude participar por primera vez en lo que a partir de este año todos los periódicos, cada cuatro, llamaron de forma rimbombante la gran fiesta de la democracia. De esta manera hace cuarenta años que leo, oigo y a veces participo de este "gran festejo". Pero he aquí que ahora  todos aquellos, me refiero a prensa, grupos economicos de presión, partidos políticos, Iglesia y, lo que es peor, gran parte de la opinión pública mediatizada por los anteriores no estan muy por la fiesta y como un mantra repiten una y mil veces que tiene que haber un pacto para que no se repitan por tercera vez las elecciones. Debe de ser que piensan que se han pasado algún pueblo al conceder ese derecho al ciudadano de a pie. ¿Qué es eso de estar preguntándoles a todas horas que es lo que quieren ? Con una vez cada cuatro años que les demos una papeleta y una urna van que chutan. El resto del tiempo ya haremos los de siempre lo que siempre hemos querido hacer sin preguntar a nadie. Por eso ahora no cesan de repetir machaconamente, por tierra, mar y aire que unas terceras elecciones son un fraude, que si el sentido común, que si la razón de estado, que si nos hemos vuelto locos y vamos a jodernos las fiestas de navidad con la fiesta de la democracia. Pues no, señores, no. No señores del Pais, de La Razón, del ABC, no estúpidos tertulianos de todas las cadenas de las televisiones, no señores de la CEOE y del Círculo de empresarios, no amigo y amiga que repetis como loros las consignas del "orden institucional". Yo estoy muy contento de tener que votar otra vez. Más por lo que les jode a todos esos pseudodemócratas burgueses que por tener la oportunidad de  volver a abstenerme o a hacer lo que me de por la gana. Asi que, ala, a la mier...... como diría Fernán Gómez (qepd).

miércoles, 3 de agosto de 2016

PREGUNTAS

Llevo días dándole a la quijotera desde que una persona muy allegada, lo suficiente cercana para permitirselo, me lanzó a bocajarro la siguiente pregunta ¿"Si tu situación social y económica estuviese a un nivel muy alto habrías votado a Podemos? ¡joder! así de sopetón me pilló descolocado... así que salí con mi cámara a meditar por esos caminos a la vera del mar, bordee el pedrero y tomé las caricias de la suave brisa del atardecer desde el acantilado del Pastote. Al final, meditando sobre el asunto, me surgieron más preguntas que respuestas se me ocurrieron. Así que aparqué el tema y me puse a facer estas semellas.

viernes, 29 de julio de 2016

Así están las cosas

Pues es que cada día que pasa menos hecho de falta el gobierno y más convencido de que su estructura es la organización material y física de nuestras vidas. El gobierno son las autopistas que pagamos todos los dias cuando nos desplazamos a las empresas (poder) en las que trabajamos, en los coches que compramos a las grandes corporaciones, es las multas que pagamos por exceso de velocidad,es la prensa escrita que compramos en los kioskos, es el último fichaje del Real Madrid, es la bandera de estrellas sobre fondo azul que ondea en nuestros ayuntamientos y sedes autonómicas, son los extractos de los bancos que recibimos periódicamente etc etc. Hace tiempo que el gobierno no está en el gobierno, ni siquiera en los muros de los parlamentos donde escribimos las pintadas. Llevamos casi un año de "vacaciones" del poder" y ha sido prescindible.En Bélgica ha estado el mismo tiempo que nosotros sin gobierno, sin debates parlamentarios, sin representante elegido y nada afecto a su normal funcionamiento como pais. Italia paso de presidente "técnico" a presidente "t´tecnico" sin ninguna inquietud. El Poder es el Orden y la Policía la encargada de cumplirlo. Por eso a estas altura ya no me da más, la verdad me resigno con preocupación a una situación difícil de revertir y a la que solo creo que se pueden aplicar cataplasmas. No lo se, digo lo que estoy pensando, a lo mejor estoy equivocado pero es lo que me pide este blog.

lunes, 25 de julio de 2016

PERUANAS

















Son descendientes de Tupoac, el Inca, hijas de la Pachamama, llevan en sus rostros cobrizos los surcos de los caminos de su imperio y en sus negros ojos el brillo profundo del esplendor de su civilización, del sol de la sabiduría, de una estructura social y administrativa de un mundo que no descubrimos nosotros los españoles porque su mundo ya existía desde muchos años antes de que los iletrados conquistadores llegasen con sus barcos para extraer sus riquezas y destruir su cultura, no su imaginario. Pasean en silencio por  La Isla mientras cuidan a los niños de los que siguen siendo sus amos. Lucen uniformes blancos bajo su tez andina, con la mirada aun baja y sometida, la mirada incrédula del inca Atahualpa asesinado después de ver colmada su celda con el oro de su rescate. Paso junto a ellas en el paseo de la playa y las miro a los ojos para que advierta que al menos existen para alguien e intento con un afable saludo transmitirles el respeto por su pueblo, la admiración por su cultura y el perdón por los excesos de nuestra colonización.  Alguna responden agradecidas a mi saludo. otras no  me ven, atentas a sus celulares,  con la mirada perdida en el horizonte, escuchan la voz de los hijos que han quedado allá al amparo de otras yayas

domingo, 17 de abril de 2016

En ocasiones la primavera juega con la lluvia y nos regala lagos. Aun no he encontrado el mecanismo que agita mi consciencia para percatarme de que esta mañana es la optima para disfrutar de su contemplación y, como no, hacer trabajar a mi cámara para, como un cleptómano de museo, llevar la aurora a mi casa. Pero , claro que no, o mejor dicho si, son todas las mañanas, Asi me´lo asegura el campesino-ganadero-agricultor que se levanta todos los días antes que el sol. , Sucede que no todos los amaneceres son iguales, pero si, me recuerda, que todos son hermosos. Me lo ha contado también el pescador del pedrero que aprovecha las mareas de primera hora para hacer lo que a el,me asegura , más le gusta . Eso, pescar: A veces, te cuento, cuando el viento riza las olas se levanta un velo de satén húmedo que filtra los rayos del sol de tal forma que más que el astro rey parece la luna. Tienes que verlo.Pero ya élla, la luna , se ha ido para otros lados y no he podido hacer la comparación. Y yo, ¿que os voy a decir? Mejor os dejo estas semeyas que con las manos aun heladas por el rocío de la mañana he tecleado en mi ordenador.

sábado, 16 de abril de 2016

"CARIS"


Ayer se fue al cielo de mis recuerdos buenos mi hermano Luis Morán Suárez (Carís). En la nebulosa del tiempo, allá por los años de Maricastaña de los que solo me queda el lejano estruendo que aun ensordece mis ya gastados tímpanos con la traca de palenques de la fiesta del Carmen en Cangas que por aquel entonces estremecía aquel diminuto cuerpo que se sentaba a la mesa de la casa de comidas, en tan pretéritos veranos todavía no se llamaban restaurants, allá si, recuerdo, en aquellos tiempos ocurrieron estas cosas. Mi padre ordenó, mandó, no se si recomendó a mi hermano adoptivo que, ya que el niño no comía - no me gustaba la paella, aborrecía el arroz y el pimiento me producía arcadas- y considerando el estado de excitación en que me había dejado el pánico a los cohetes y a los petardos, intentase tranquilizarme en el asiento de skay verde de la cabina del camión Ford Hercules Diesel aparcado justo a la puerta del comedor hasta que el sueño me venciese, de manera que el resto de la familia terminase el almuerzo en paz . Sentí en la penumbra de la cabina que unas manos frías tomaron las mias. Me aferre a ellas y camine al lado de aquel hombre alto y desgarbado que cubria su cabeza con un sombrero negro de ala ancha del que sobresalían mechones de cabellos blancoamarillentos, anduvimos carretera abajo en compañía de más hombres y algunas mujeres las cuales, con sus churumbeles en brazos, no dejaban de hacerme carantoñas y de atiborrarme de caramelos. Me han contado muchas veces que si no hubiese sido por la preocupación de Carís en comprobar si me había dormido tal vez mi vida transcurriría ahora viajando en carreta de pueblo en pueblo o en “fregoneta” en el mejor de los casos. Hoy podría ser un vociferante vendedor de ropa interior de mujer en algún mercadillo municipal de un pueblo castellano .Arrebató violentamente mis manos blancas de los brazos cobrizos del gitano, creo que no ofreció resistencia alguna. Solo entonces recordé que siempre había mirado hacia adelante y nunca más había vuelto a mirar hacia atrás. Jamás me he preocupado de conocer la verdad de este suceso hasta ayer que en el cielo de los recuerdos buenos escuche la voz de Carís que me decía con su coña proverbial: “que Cigala hemos perdido”

viernes, 25 de marzo de 2016

MARINA, MI NIETA


A PROPOSITO DEL ATENTADO DE BRUSELAS

La Historia nos ofrece siempre lecciones de la maldad e inutilidad de las guerras. Invocar a ellas sin fundamentos bien estructurados puede dar lugar a interpretaciones como las que en mi caso pueden resultar, a los ojos de algunos, politicamente incorrectas. Así el presidente socialista frances Hollande y su primer ministro Valls invocan constantemente a la contienda bélica cuando se produce alguno de los terribles atentados que siemban el terror en el interior de las ahora inexpugnables fronteras de la vieja Europa.. En este contexto no puedo justificar por principios elementales de humanidad el atentado de Bruselas ni unirme todas las subsiguientes retóricas llamadas a la unidad, a cerrar filas con los demócratas, al "je suis Bruxelles", a las banderas con lazos negros y demás retahila de frases al uso. Si embargo si puedo entender el hecho de que si estamos en una guerra que permite a las naciones occidentales contendientes tener a salvo a sus poblaciones en las ciudades mientra sus aviones masacran con sus bombas las del enemigo,no parece falto de razonamiento que éste, en la perversa lógica de la lucha armada, intente y de hecho golpee con bombas los centros neurálgicos desde donde se planifican estos ataques. De la misma manera, pienso yo, que no podemos llamar terrorismo irracional y sin sentido a los atentados de Madrid, Paris o Bruselas al mismo tiempo que calificamos de manera cínica como daños colaterales el que un misil convierta en escombros un hospital de Homs, una escuela en Bagdad o una boda en Kabul. Las guerras las ganan y la cuentan los que matan y estos en su delirio pueden recordar las masacres de las bombas V2 sobre Londres mientras olvidan la destrucción innecesaria a sangre y fuego de la ciudad de Dresden cuando ya la última contienda mundial estaba prácticamente fializada.

miércoles, 24 de febrero de 2016

¿ERES ANARQUISTA?

Lo más probable es que ya hayas escuchado algo sobre quiénes son los anarquistas y sobre aquello en lo que supuestamente creen. Lo más probable es que todo lo que escuchaste decir sobre ellos sea falso. Mucha gente parece que piensa que los anarquistas son adeptos a la violencia, al caos y a la destrucción, que se oponen a todas las formas de orden y de organización, que son nihilistasfanáticos que quieren acabar con todo. Nada más lejos de la realidad. Los anarquistas son las personas que piensan simplemente que los seres humanos pueden comportarse de una forma razonable sin tener que ser obligados a ello. En realidad, es una noción muy simple. Pero es la noción que los ricos y poderosos siempre consideraron más peligrosa.
En su expresión más simple, las creencias anarquistas giran en torno a dos premisas. La primera es que los seres humanos son, en circunstancias normales, tan razonables y decentes como les permitan ser y, por lo tanto, pueden autoorganizar sus comunidades sin necesidad de que les indiquen cómo. La segunda es que el poder corrompe. Antes de nada, el anarquismo es una cuestión de tener coraje para tomar los principios simples de la decencia común por los cuales nos guiamos y seguirlos hasta sus conclusiones lógicas. Por muy insólito que parezca, en muchos aspectos importantes, ya eres anarquista (sólo que no te das cuenta).
Tal vez te ayude si analizamos algunos ejemplos del día a día:
Si hay una fila para coger un autobús casi lleno, ¿vas a esperar tu turno y contener las ganas de colarte, incluso si no hay ningún policía?
Si respondiste «sí», ¡entonces estás habituado a actuar como un anarquista! El principio anarquista fundamental es «autoorganización»: el asumir que los seres humanos no necesitan que se les amenace con sanciones para que alcancen un grado de comprensión entre ellos, o para que traten a los demás con dignidad y respeto.
Todas las personas creen que son capaces de comportarse de manera razonable. Si piensas que la ley y la policía son necesarias, es sólo porque no crees que otras personas lo sean. Pero si te paras a pensar, ¿no tendrán ellas derecho a pensar exactamente lo mismo en relación a ti? Los anarquistas argumentan que casi todo el comportamiento antisocial que nos hace pensar que es necesaria la existencia de fuerzas armadas, de policía, de prisiones y de gobiernos para controlar nuestras vidas es, de hecho, causado por las desigualdades sistemáticas y la injusticia que esas fuerzas armadas, policía, prisiones y gobiernos crean. Es todo un círculo vicioso. Si las personas están acostumbradas a ser tratadas como si sus opiniones no importasen, es probable que se vuelvan agresivas y cínicas, incluso violentas (lo cual, por supuesto, hace que sea fácil para los que están en el poder decir que sus opiniones no cuentan). En cuanto se dan cuenta de que su opinión es tan importante como la de cualquier otra persona, tienden a volverse muchísimo más abiertas. Para abreviar una larga historia: los anarquistas creen que, en gran medida, es el propio poder y sus consecuencias lo que vuelve a las personas estúpidas e irresponsables.
¿Eres miembro de un club deportivo o equipo de deporte, o de cualquier otra organización voluntaria donde las decisiones no sean impuestas por un jefe, sino tomadas en base al consenso general?
Si respondiste «sí», ¡entonces perteneces a una organización que trabaja de acuerdo con los principios anarquistas! Otro principio básico es la asociación voluntaria. Es sólo una cuestión de aplicar los principios democráticos a la vida diaria. La única diferencia es que los anarquistas creen que debería ser posible la existencia de una sociedad en la que cada cosa fuese organizada según esos principios, todos los grupos basados en el consentimiento libre de sus miembros y, por lo tanto, todo ese estilo de organización de arriba abajo (militar como los ejércitos, o las burocracias o las grandes corporaciones, basadas en cadenas de comandos) ya no serían necesarias. Tal vez no crea que eso llegue a ser posible jamás. Tal vez sí. Pero cada vez que llegas a un acuerdo por consenso, en vez de por una amenaza, cada vez que haces un pacto voluntario con otra persona, llegas a un reconocimiento recíproco o alcanzas un compromiso teniendo en la debida consideración la situación o las necesidades particulares del otro, estás siendo un anarquista, incluso aunque no tengas conciencia de ello.
El anarquismo es sólo el modo en que las personas actúan cuando tienen libertad para hacerlo de acuerdo con su elección y cuando negocian con otros que son también libres – y por lo tanto, conscientes de la responsabilidad ante los demás que eso implica. Esto conduce a otro punto crucial: mientras las personas pueden ser razonables y tener consideración si están relacionándose con iguales, la naturaleza humana es tal que parece imposible que lo hagan cuando se les da poder sobre los otros. Dale poder a alguien y abusará de él de una forma u otra.
¿Piensas que la mayoría de los políticos son unos cerdos egocéntricos, egoístas, a los que no les importa realmente el interés público? ¿Piensas que vivimos en un sistema económico que es estúpido e injusto?
Si respondiste «sí», entonces apoyas la crítica anarquista de la sociedad contemporánea (por lo menos en sus aspectos más generales). Los anarquistas piensan que el poder corrompe y que los que pasan la vida entera en busca del poder son las últimas personas a las que debería dársele. Los anarquistas piensan que nuestro sistema económico actual tiene más probabilidades de premiar a las personas por comportamientos egoístas o sin escrúpulos que a las que son seres humanos decentes, preocupados por los demás. La mayoría de las personas tienen esos sentimientos. La única diferencia es que la mayoría de las personas cree que no hay nada que hacer en relación con eso o que (y es esto en lo que los fieles servidores del poder suelen insistir) puede llegar a hacerse algo que acabe cambiando las cosas para peor. Pero… ¿y si no fuese cierto? ¿Habrá realmente alguna razón válida para creer esto? Cuando se pueden probar, la mayoría de las previsiones sobre lo que sucedería sin estados o capitalismo acaban por demostrar que no están fundamentadas.
Durante miles de años las personas vivieron sin gobiernos. En muchos lugares del mundo hay pueblos que viven fuera del control de los gobiernos, incluso hoy en día. No se dedican a matarse unos a otros. Sólo viven sus vidas, como cualquier otra persona haría. Claro que en una sociedad compleja, urbana, tecnológica… hay una necesidad mucho mayor de organización. Sin embargo, la tecnología puede hacer también que esos problemas sean más fáciles de resolver. De hecho, ni siquiera empezamos a pensar cómo serían nuestras vidas si la tecnología fuese puesta realmente al servicio de las necesidades de los humanos. ¿Cuántas horas necesitaríamos trabajar para mantener una sociedad funcional (es decir, si nos viésemos libres de las ocupaciones inútiles o destructivas como el telemarketing, los abogados, los carceleros, los analistas financieros, los expertos en relaciones humanas, los burócratas y los políticos), si enfocásemos el trabajo de nuestras mejores cabezas científicas de los sistemas de armamento espaciales o del mercado de acciones hacia la mecanización de las tareas más desagradables o más peligrosas como la minería de carbón o la limpieza del baño y si distribuyésemos el trabajo que sobrase entre todas las personas? ¿Cuatro horas al día? ¿Tres? ¿Dos? Nadie lo sabe porque nadie se hace ni siquiera ese tipo de pregunta. Los anarquistas piensan que estas son exactamente el tipo de preguntas que deberíamos empezar a hacernos.
¿Crees realmente en las cosas que les dices a tus hijos (o que tus padres te contaron)?
«No importa quién empezó». «Dos males no hacen un bien». «Limpia lo que ensuciaste». «Haz las cosas pensando en los demás». «No seas mezquino con las personas que te parece diferentes». Tal vez deberíamos decidir si estamos mintiendo a nuestros hijos cuando les hablamos del bien y del mal, o si estamos tomando realmente en serio nuestras propias sentencias. Porque si llevas estos principios morales a sus conclusiones lógicas, llegarás al anarquismo.
Toma el principio de que dos males sumados no producen un bien. Si tomases eso realmente en serio, bastaría para echar por tierra casi totalmente la base de todo el sistema bélico y de justicia criminal. Lo mismo pasa con el reparto: les decimos siempre a los niños que tienen que aprender a compartir, a tener en cuenta las necesidades de unos y de otros, a ayudarse mutuamente; después, cuando estamos en el mundo real asumimos que cada uno es naturalmente egoísta y competitivo. Un anarquista asegurará siempre que, de hecho, lo que les decimos a nuestros hijos es cierto. Mucho de lo que se consiguió en la historia de la humanidad, cada descubrimiento o hecho que mejoró la vida de las personas, fue gracias a la cooperación y la ayuda mutua. Incluso ahora, la mayor parte de nosotros gastamos más con nuestra familia y con nuestros amigos que con nosotros mismos. Aunque, sin ninguna duda, siempre va a haber personas competitivas en este mundo, no es una razón para que la sociedad se base en el fomento de ese comportamiento y mucho menos para hacer que las personas compitan para alcanzar las necesidades básicas de la vida. Una sociedad que sólo fomenta la competición, sólo defiende los intereses de los que están en el poder, que quieren que vivamos con temor hacia los demás. Por eso los anarquistas proponen una sociedad basada no sólo en la asociación libre sino también en la ayuda mutua.
La verdad es que la mayor parte de los niños crece creyendo en una moral anarquista y gradualmente tienen que darse cuenta de que el mundo adulto no funciona así. He ahí por qué tantas personas son rebeldes, alienadas e incluso suicidas mientras son adolescentes, y acaban por resignarse y amargarse cuando se convierten en adultos. La única recompensa es, frecuentemente, tener capacidad para educar a sus propios hijos y desear que el mundo sea justo para ellos. ¿Pero por qué no comenzamos por construir un mundo que sea realmente basado en los principios de la justicia? ¿No sería ese el mejor regalo que podríamos dar a nuestros hijos?
¿Crees que el ser humano es fundamentalmente corrupto y malo o que algunos tipos de personas (mujeres, gitanos, sudamericanos, norteafricanos, gente común que no es ni rica ni tiene estudios) son especímenes inferiores, destinados a ser gobernados por alguien mejor que ellos?
Si tu respuesta es «sí», bueno, entonces parece que no eres anarquista al fin y al cabo. Pero si respondiste «no», entonces es posible que estés de acuerdo con el 90% de los principios anarquistas y, esperamos, estés viviendo tu vida de acuerdo con ellos. Siempre que tratas a otro ser humano con consideración y respeto estás siendo anarquista. Cada vez que resuelves tus divergencias con otros a través de un compromiso razonable y escuchas lo que cada uno tiene que decir en vez de dejar que alguien decida en nombre de los restantes, estás siendo anarquista. Cada vez que tienes oportunidad de forzar a alguien a hacer algo pero, en vez de eso, decides apelar a tu sentido de la razón y la justicia, estás siendo anarquista. Lo mismo pasa cuando compartes algo con un amigo, o decides quién va a lavar los platos, u otra cosa con un sentido de equidad.
Claro, podrás objetar que todo va bien mientras se trata de pequeños grupos de personas que se relacionan mutuamente, pero para administrar una ciudad o un país, es un asunto totalmente diferente. Y, evidentemente, esto tiene su razón de ser. Incluso si se descentraliza la sociedad y se pone el mayor poder posible en manos de las pequeñas comunidades habrá (a pesar de todo), un gran número de cosas que necesiten ser coordinadas, desde administrar las vías de ferrocarril hasta decidir sobre qué aspectos debe centrarse la investigación en medicina. Pero sólo porque algo sea complicado no quiere decir que no haya manera de hacerlo. Simplemente quiere decir que será complicado. De hecho, los anarquistas tienen muchas ideas sobre cómo una sociedad saludable y democrática debería autogobernarse. Para explicarlas es necesario ir mucho más allá de este pequeño texto introductorio. De todas formas, no hay ningún anarquista que pretenda tener en sus manos el modelo perfecto. La verdad es que no conseguimos imaginar la mitad de los problemas que surgirán cuando intentemos crear una sociedad democrática. Incluso así, creemos que la capacidad de los humanos está a la altura de resolverlos mientras la humanidad se conserve dentro del espíritu de nuestros principios básicos (que son, al fin y al cabo, sólo los principios de decencia humana fundamental).

raquetas en Casares

EL FASTUOSO RUIDO ENSORDECEDOR DE LA MUERTE

  Conocí a Radi en la embajada de Jordania en Madrid. Era un beduino alto y fornido que inspiraba confianza con su rostro siempre sonriente ...